No me simpatizan las listas inteligentes en Facebook. Las listas deberían ser simplemente listas, como en Twitter, donde uno elige qué lista es pública y qué lista es privada. Las listas inteligentes de Facebook confunden, no son simples de manejar, generan que las masas agreguen información que no necesariamente querían compartir. Y obligan, porque como en toda red social el componente afectivo genera dependencia en las respuestas; condicionan, porque colocan al usuario en posición de que alguien cercano (lo cual no tiene que ver con la cercanía física) indique parentezco en Facebook y sea necesaria una respuesta. Al indicar una relación -sea cual sea- el que indica y el indicado empiezan a correr por la delgada línea de la exposición innecesaria de información, que cualquier malintencionado oportunista con medio dedo de frente puede utilizar por algún período determinado. Y el único que gana a largo plazo es, se cae de maduro, el que interpreta y vende el data mining. Mientras tanto, ahí vamos nosotros dándole me gusta, compartir, y comentando todo, incluso lo que no sabemos en verdad y con certeza hasta adónde llega; y no lo digo irónicamente, es la ciencia de las redes.