El detrás de escena de un campus virtual es
determinante a la hora de escalar un proyecto. Porque con pocos alumnos muchas cosas pueden solucionarse
atándolas con alambre, pero cuando hablamos de cientos, de miles de alumnos, hay que estar preparados con una solución inteligente. Por eso me parece interesante y práctico el listado que propone José Manuel Alarcón en
este artículo titulado
Todas las plataformas son iguales, con una serie de puntos a pensar seriamente. Si bien están orientados a quien brinda el servicio de
la plataforma o a quien la administra un
campus virtual, es importante (muy importante) conocer qué es lo que realmente hay que evaluar a la hora de comprar, o pensar en cambiar de proveedor:
- Organización de la formación: cuántos campus debes crear sólo para un cliente, interfaces en otro idioma, versiones diferentes de los mismos cursos, alumnos que no se deben mezclar con otros... ¿Os complica la gestión?
- Contenidos: replicar los mismos archivos en varios sitios para poder impartir un curso a distintos clientes. ¿Cómo lleváis así el control de los recursos formativos?
- Gestión: integración entre la plataforma y vuestros sistemas de gestión. ¿Existe el “dato único”? ¿Se matriculan de forma transparente al darlos de alta en gestión?
- Seguimiento e informes: ¿hay que ir uno a uno viendo las fichas de alumnos en la plataforma? ¿Los informes ofrecen ese dato concreto que pide aquella administración local para la que hicisteis un proyecto?
- Productividad de tutores: ¿se pasan el día haciendo “la ronda” por todos sus cursos a ver si tienen algo que atender? ¿Es eso rentable? Si un tutor cae enfermo justo hoy, ¿qué salidas tengo?
- Estándares: qué nivel de integración (real y no de folleto) hay con SCORM. Posibilidades de ampliar o adaptar contenidos para necesidades concretas. Protección de mis contenidos propios.
Sumamente útil para proyectos en los cuales hay que
focalizar en el contenido, porque ahí es donde se marca la diferencia.