Amén de que si nos paramos en cualquier peatonal del mundo y preguntamos qué es twitter, y probablemente la mayoría de la gente no vaya a tener ni idea de lo que le hablamos, estamos pensando y preguntándonos acerca de un fenómeno centenario ya para las redes. Un servicio que en el mundo está superando los 45 millones de usuarios (cuentas abiertas). A fines de agosto, leíamos en laanacion.com que Twitter es más atractivo para los adultos que para los adolescentes, pero ahora parece que, en EEUU al menos, los pibes están twitteando a dos manos. Hay que mirar y pensar las tecnologías 2.0, y su impacto social, de manera no tradicional. Porque las inferencias, las conclusiones, pueden volverse demasiado efímeras. Están ya publicadas de muchas formas y con diferentes fines, y seguirán vigentes, las preguntas acerca de ¿quiénes usan twitter? ¿a quiénes les gusta twitter? En Argentina por ejemplo se estima que la cantidad de usuarios activos en Twitter es alrededor de 3.000, y recientemente fueron estudiados por perfil.com 1.223 (que respondieron un cuestionario online) lo cual constituye una muestra más que representativa. Creo que un buen punto de partida en nuestros planteos sobre esta cuestión va a ser una alta capacidad de asombro, y liberar un poco la mente. El mismo Evan Williams dijo algo así en TED.
Y entendamos esto (lo que sigue es futurología barata): Si los smartphones llegan masivamente a la sociedad o si a alguien se le prende la lamparita por ejemplo en el Ministerio de Educación y hacen un proyecto donde –supongamos–, un grupo de 5 a 10 escuelas grandes (nada más) implemente un experimento edutuitero... entonces los números vuelan por el aire. Y hay que barajar y dar de nuevo, y pensar que si los nativos comprenden la tecnología desde un punto de partida distinto a los inmigrantes digitales, la curva de crecimiento se puede asemejar mucho a la de EEUU.