A partir de la nota "El fenómeno social de los mensajes de texto por celulares", publicada en Educ.ar creo intesante continuar el análisis que comenzara en "Nuevas Tecnologías y la extinción del Ñandú" hace algunos meses.
El Reinado del SMS, Comunicación y Educación.
El uso casi hegemónico de Nuevas Tecnologías como el SMS para la comunicación actual, nos dan cuenta de ciertas modificaciones en las formas de escritura. Esto no lo vemos sólo en los adolescentes, los adultos también escribimos "x" en vez de "por" para ahorrar espacio y tiempo en un SMS. Muchos defienden este "nuevo idioma" o nuevo lenguaje... otros se ven molestos por estas "modas" que sólo nos enajenan cada vez más de "nuestro idioma".
Sin embargo, los SMS no significan un atentado contra nuestra lengua madre. Los "lenguajes" no van uno en contra del otro. Piense Ud. docente, profesor, padre de familia, que de repente sus alumnos o sus hijos comienzan a manejar dos o más idiomas. ¿Qué haría al respecto?
Arriesgamos aquí dos propuestas concretas simples (y complejas a la vez).
Así como las combinaciones que hago entre mis gestos y mi voz, son construcciones que se constituyen en atajos que me permiten comunicarme más rápida y precisamente, creo que deberíamos poder ver como enseñantes las posibilidades que brinda el hecho de que nuestros alumnos y nosotros mismos utilicemos crecientemente nuevas formas de comunicación, en combinación! porque obviamente, nadie levantó (hasta ahora) la bandera de "¡Muerte a la clase de Lengua!" "¡Viva el SMS!".
Creo que por ahí va la línea de análisis más fructífera, y las acciones más acertadas en educación. No creo que los SMS vayan a perjudicar de alguna manera la comunicación en la lengua madre (en el idioma que sea) no lo creo si los enseñantes (familia, docentes, sociedad) hacemos algo al respecto.
Mi acción, Tu acción, Nuestra reflexión.
Actuar y Reflexionar parecen dos momentos sucesivos y concéntricos de un mismo movimiento en el desempeño de cualquier educador. Esto es, no podemos simplemente hacer lo uno o lo otro, debemos siempre tener un constante equilibrio entre lo que pensamos (y algunos a veces escribimos) y lo que hacemos.
Como decía mi profesor de Epistemología en la Universidad, "en educación es muy difícil diferenciar cuándo estamos simplemente en acción, cuándo haciendo ciencia sobre ello y cuándo reflexionando sobre lo que hacemos" y es difícil diferenciar cuándo hacemos ciencia y cuándo un análisis epistemológico.
Porque siempre intentamos pensar sobre lo que hacemos, para mejorar, y esto puede ser antes, durante o después de la acción, pero siempre se verá interfecundado por la misma práctica concreta. En síntesis, aparentemente la acción y la reflexión se confunden bastante en educación.
Ahora, teniendo en cuenta esto, parecería que frente al problema de la supuesta lucha de poderes que libera el SMS contra el docente, o el padre, que pretende enseñar a escribir bien, existen ciertas salidas saludables. Provisionalmente planteamos (arriesgamos) dos, una para cada momento que mencionamos antes:
Una sería la Reflexión compartida (entre alumnos, docentes, familia) sobre las posibilidades de complementariedad en el uso y la enseñanza de los lenguajes. Tal vez no de la manera en que enseñamos inglés, francés o italiano. Sino de una forma integrada (y diferenciada a la vez).
Integrar la enseñanza de la lengua con la expresión en un SMS es un trabajo por construir. (¡como todo en la relación TIC y Educación!). Y este trabajo tal vez tenga que ver en con una mayor alianza educativa entre la escuela y la familia, cosa que ya es dificil en la formación tradicional.
Recién mencionamos al SMS como un lenguaje o un idioma; en realidad lo asumimos así para figurar la relevancia que vemos está teniendo en la comunicación actual, pero obviamente es también un tema a debatir, ¿podemos hablar de diversos lenguajes? ¿es conveniente? ¿qué implicaría asumir al SMS como un nuevo lenguaje? ¿qué características debe tener un lenguaje para mencionarse así? ¿podemos hablar de un nuevo idioma? ¿qué características tiene que tener un idioma? ¿Cuál es la diferencia entre lenguaje e idioma?
Una buena forma es comenzar a estudiar de qué se trata esta forma de expresión en el diccionario de sms que se recomienda en la nota de Paula Lorenzo.
Otra salida posible, la encontramos en la Acción, más precisamente en un acto, el más antigüo en educación, el más efectivo y menos utilizado a conciencia, que no tiene que ver con la actuación teatral, sino con la acción real: dar el ejemplo. Nada más y nada menos.
Si los aprendientes (alumnos, hijos, familia) ven que escribo un texto formalmente correcto en mi lengua madre, respetando las reglas ortográficas del idioma cuando corresponde, y a la vez pueden "comunicarse" verdaderamente conmigo en mensajes de no más de 100 caracteres (muchos todavía no tienen el límite de 160! que se menciona en la nota de educ.ar) creo que podrían dejar de verme como aquel extraño desconocido que intenta transmitir conocimientos, generalmente con metodologías discordinadas con la realidad, y me encaminaría a una construcción más compartida.
Y esa construcción, debe ser guiada por el docente, por los padres, o por esa alianza que decíamos,.. donde el aprendiente cobre protagonismo a partir de la confianza en contar con un “otro” que está a la altura de la situación.
Dar el ejemplo no es tarea fácil y muchas veces se ve negada implícitamente en educación. Digo implícitamente porque nadie lo dice a viva voz, pero sí se lo piensa, se lo actúa y los otros (alumnos, hijos, etc.) lo perciben.
Cuando el educador no quiere ser ejemplo, o no puede, o no lo dejan.. el aprendiente tiende a desanimarse. Es sabido que no hay mejor educador desde mi punto de vista, que aquel apasionado por lo que hace, y tiene la capacidad para transmitirlo.
Entonces, si puedo y logro transmitir también esa pasión, seguramente algo quedará . Sea en la ciencia que sea, más allá de los contenidos conceptuales, esto tiene que ver con un buen desempeño como “enseñante”, dentro del campo de lo procedimental y lo actitudinal.
Si actitudinalmente puedo enfocarme en el abordaje del problema que me plantea un aprendiente que se ya se acostumbró a escribir en un lenguaje mediado provisionalmente por el SMS, y procedimentalmente me posiciono pensando la situación como una oportunidad para la enseñanza, entonces el Reinado del SMS podría convertirse en breve, en más y mejores aprendizajes. Tanto para el que enseña como para el que aprende. Pero claro, no es fácil. Hay que esforzarse, estudiar y tener buenas ideas, o buscarlas.
Si actitudinalmente puedo enfocarme en el abordaje del problema que me plantea un aprendiente que se ya se acostumbró a escribir en un lenguaje mediado provisionalmente por el SMS, y procedimentalmente me posiciono pensando la situación como una oportunidad para la enseñanza, entonces el Reinado del SMS podría convertirse en breve, en más y mejores aprendizajes. Tanto para el que enseña como para el que aprende. Pero claro, no es fácil. Hay que esforzarse, estudiar y tener buenas ideas, o buscarlas.