jueves, 28 de mayo de 2009

Liderazgo proactivo

La acción
no debe ser una reacción
sino una creación
[Mao Tse- Tung]


¿Cuál es el papel del líder? Si no es el de maestro estratega ¿cuál es? El líder se convierte ante todo en el creador, conformador, o portador de habilidades. Warren Bennis llama al líder de este tipo el arquitecto social. Harry Levinson le dice educador. Larry Greiner acuña el término de actor estratégico. Ren Zaphiropoulos -director general de una subsidiaria de Xerox-, se llama a sí mismo jardineroTom Peters utiliza el término como modelo de rol, dramaturgo y conformador de valores.

Gestionar con Imaginación, se llama uno de los libros de Peters donde explica, y creo que vale la pena tener en cuenta, la distinción entre líder proactivo y líder reactivo. Desde el momento en que vemos (sabemos) que la gestión institucional implica muchas veces a diversos actores, complejas actividades que podemos entender como meras reacciones ante el entorno; comprendemos el valor de una persona que en un puesto de gestión pueda llegar a ser proactiva.
“La formulación de la estrategia siempre me ha parecido tal y como se practica hoy, un proceso más bien reactivo. Analizan lo que fue y proyectando desde ahí intentan situarse en primera posición”, afirma Peters. El papel del líder es ser proactivo más que reactivo.
Proactividad es una actitud en la que el sujeto asume el pleno control de su conducta vital de modo activo, lo que implica la toma de iniciativa en el desarrollo de acciones creativas y audaces para generar mejoras, haciendo prevalecer la libertad de elección sobre las circunstancias de la vida. En términos de Viktor Frankl.
Para ser proactivo, hay que desarrollar ciertas virtudes y valores.
Empatía: Es preciso y fundamental saber escuchar, optimizar aptitudes, hacerse entender y no hacerse temer y básicamente habilitar oportunidades.
Motivación: La motivación es esencial para incentivar a los miembros de la empresa, y conseguir así que se cumplan los objetivos.
Compartir: Un líder proactivo no debe aportar todas las soluciones. Es más productivo comentarlas con las personas que las hayan encontrado, antes de poder tomar una decisión.
Comunicar-se: Personalmente, no en masas. Estar al tanto de las problemáticas que puedan tener los miembros del equipo/colaboradores, etc. en su vida personal, y demostrarles que está a su lado. No despersonalizar o separar la cuestión personal/profesional, como si se trataran de dos mundos distintos.
Humildad: Hay que saber decir "por favor" y "gracias", y no olvidarse del elogio cuando alguien lo merece.
Unidad: Es importante prestar la máxima atención y consideración a cada colaborador, sea cual sea su grado y cargo en la empresa.
Firmeza: Un buen líder es exigente, pero no alza la voz. Es respetado de manera natural, por lo que dice y hace. Por el respeto mutuo que inspira el que sabe.
Predicar con el ejemplo: Hay que invertir en formación impartida en las horas de trabajo, y obligarse antes de obligar.
Visión de futuro: no solamente trabajar muy bien el día a día, sino apostar la visión a medio y largo plazo, para saber enfocar las acciones futuras.
Trabajo en equipo: Capacidad para evitar el exceso de concentración de gestión en la figura del director general; una buena gestión de equipo, enfocada hacia el objetivo común, hace que no sólo su sector/departamento sea proactivo, sino que pueda llegar a serlo toda la organización.

Como en la mayoría de los temas referidos a las relaciones interpersonales o humanas: No hay recetas absolutas sino experiencia y reflexión sobre ella. Algo de lo que otros saben y comunican puede servirnos pero a la hora de la verdad, lo que realmente cuenta es aquella construcción personal que cada uno, en un determinado entorno sea capaz de generar. 
Esto fue un conjunto de pistas, de posibles formas de empezar a pensar en el tema. 

Referencias:
Gestiona con Imaginación. Tom Peters. 2005
Sitio de Tom Peters http://www.tompeters.com/
Managment XXI. ¿Cómo ser un líder proactivo?
Gestiopolis. El liderazgo proactivo en la empresa moderna
La Nación. Liderazgo y proactividad, dos aptitudes que abren puertas