Así lo afirmaron –en relación a la enseñanza y el aprendizaje de las Ciencias Sociales–, Isabel Banchio y Marcela Yaya en diálogo con Diario UNO. Ambas forman a futuros docentes de Historia
Bajo la consigna de ¿Cómo se enseña a enseñar historia? Diario UNO dialogó con la coordinadora del profesorado en historia, Isabel Banchio y la profesora de las materias Didácticas de las Ciencias Sociales I y II, Marcela Yaya, del profesorado de Historia del Instituto Castañeda de la ciudad de Santa Fe.
“El cómo se enseña y también el para qué, es básicamente toda la teoría del primer año en Ciencias Sociales I, y desde Sociales II, fundamentalmente el qué se enseña, qué historia se enseña”, afirmó Marcela Yaya, quien aclaró que la profesora titular de las materias es Alejandra Martínez, quien se encuentra con licencia por maternidad. Y continúo, “la prioridad de la cátedra –y a mí me parece que debería ser de todos los profesorados–, es la falencia que nosotros los profesores de historia encontramos cuando los chicos llegan a octavo o a noveno año, sobre temas de historia”.
Temas
En cuanto a la enseñanza de la historia en el profesorado, Yaya aseveró que “primero se trabaja sobre los procesos históricos que los alumnos luego van a analizar, intentamos focalizar en la la historia como proceso”.
“Intentamos ver qué historia se enseñan y qué contenidos, tenemos que hacer entender que la historia tiene una intencionalidad, una interpretación y que el historiador siempre está enmarcado en una subjetividad sobre de la teoría de la historia”, afirmó.
Por ejemplo, en cuanto a las actividades propuestas para los futuros profesores de historia se encuentra “poder tomar esta revista (Alfabeto) y analizarla críticamente para ver por ejemplo, desde qué postura historiográfica se está hablando, qué significa que determinados aspectos de la temática se aborden, o sean dejados de lados, porqué se realiza determinada selección de contenidos, etcétera”.
En el profesorado, “fundamentalmente vemos los procesos históricos, los contenidos y la teoría de la historia, que es importante para que los alumnos sepan cómo se enseña historia, pero igualmente reconocemos que aún hoy se continúa enseñando lo fáctico, lo anecdótico lo cronológico” aseveró la profesora.
Versiones. Para enseñar Historia es necesario tener en claro que quienes la escriben, cuentan una versión de los hechos. No existe una única Historia
Menos individualismo
Existe un aspecto fundamental más allá de los contenidos de determinada fecha patria, “y está referido al sentido de que en la formación de un chico o de un adolescente en el polimodal, existan las Ciencias Sociales”, afirmó Isabel Banchio.
“Que se les enseñe Ciencias Sociales a los chicos, refiere básicamente a que el maestro o el docente descubra cuál es el sentido último de este campo del conocimiento, y es que ese chico se forme como parte de una comunidad social” aseguró la profesora.
Y agregó, “por que es esta dimensión social, la que ha sido amputada en el individualismo del liberalismo que estamos viviendo, la exaltación del individuo por ejemplo, muchas veces ha abortado la dimensión societal”.
Descubrimientos
“Lo importante, en la enseñanza de la historia, es que los chicos descubran su responsabilidad, o una co-rreponsabilidad en la construcción de la sociedad en que vivimos”, afirmaron las docentes.
“Una función de las ciencias sociales, es que los chicos se descubran como participantes, y también como constructores de la realidad una realidad social, sociopolítica, cultural, etcétera”, señaló la coordinadora.
Además, es preciso tener en cuenta que “hasta hace un tiempo era mala palabra lo político, o era «tendencioso», y hoy es necesario que los chicos se formen como sujetos políticos, tiene que cultivar básicamente las Ciencias Sociales”, según Banchio.
Durante la charla ambas profesoras remarcaron la importancia de rescatar desde la enseñanza, que los hechos históricos son parte de procesos y no sólo fechas aisladas, como así también, ocurre con personajes particulares, como muchas veces ocurre con los próceres.
En Diario UNO de Santa Fe, 2 de julio de 2006. Pág.18